La fotografia deportiva es una disciplina difícil y complicada porque se entremezclan diferentes variables (velocidad, condiciones de iluminación, distancia a los deportistas, espacio cerrado o abierto, ubicación del fotógrafo, etc...); otro condicionante importante es el equipo fotográfico del que dispongamos (compacta, réflex, objetivos, flash, trípode,...) y el dominio que del mismo tengamos. En general en la fotografía deportiva se dispone de muy poco tiempo para cambiar las configuraciones de nuestra cámara y debemos conocerla muy bien para poder hacerlo automáticamente.
Cuando vayas a fotografiar una competición de gimnasia rítmica tienes que tener en cuenta algunas características especiales que tiene este deporte. Si la competición es individual, el seguimiento fotográfico de la gimnasta es más fácil; en cambio en las competiciones de equipo la cosa se complica bastante más, sobre todo si la competición es con aparatos. Para empezar procuraremos conocer previamente el montaje para así poder adelantarnos a los movimientos. Inevitablemente debemos, a lo largo de una exhibición de equipo, elegir a qué gimnastas fotografiamos, puesto que, en general están más veces lejos unas de otras que juntas para poder encarjarlas a todas en el encuadre.
Tan importante como el dominio técnico de nuestra cámara y el conocimiento de los montajes, es la idea con la que vamos a fotografiar. No es lo mismo fotografiar individualidades dentro de un conjunto que tratar de fotografiar "la elasticidad", "la coordinación", "el esfuerzo", "la plasticidad", "las dificultades". Debemos pensar antes de disparar qué queremos tratar de fotografiar.
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